¿A qué temperatura debe estar la bomba de calor en invierno?

Blog Pepeenergy

Aunque ha tardado en llegar el frío poco a poco va bajando la temperatura en nuestros hogares y es hora de empezar a encender la calefacción. Aunque en algunos momentos el precio de la luz nos puede dar alguna tregua, por norma general en los últimos tiempos es bastante alto y cada grado cuenta a la hora de mejorar la eficacia de los sistemas de climatización.

Es por ello, que es importante estar preparado para la llegada del invierno y tener claro cuál es la temperatura a la que debemos poner el aire acondicionado para no pasar frío y ser lo más eficientes posibles.

Cuando pensamos en el frío y en el invierno, la mayoría de nosotros pensamos en la caldera de gas para calentarnos, pero existen otros métodos como el aire acondicionado o las bombas de calor para mantener nuestro hogar a la temperatura idónea. Esta según el instituto de la salud en el Trabajo, debe estar entre los 17º y 24ºC en invierno. Aunque lo más recomendable es mantenerse en los niveles medios entre los 21º y los 23ºC.

Uno de los problemas más habituales cuando hablamos de estos sistemas de calefacción es que el calor no llegue a todos los lugares de la casa, creándose puntos calientes y en otras zonas tengamos sensación de frío sobre todo en los pies y en las piernas.

Esto es debido a la tendencia del aire caliente a subir, por lo que en invierno lo más recomendable es orientar las salidas de aire hacia abajo en posición vertical. Esto favorece la circulación del calor en la parte inferior de las habitaciones, evitando su acumulación en las partes altas.

¿Aire acondicionado en invierno? Guía para una temperatura ideal en casa

Para alcanzar el máximo confort en invierno cuando nuestro sistema de calefacción es el aire acondicionado o bomba de calor, es importante tener en cuenta una serie de consideraciones. Siguiendo estas recomendaciones alcanzaremos el máximo aprovechamiento de los equipos y conseguiremos una mayor eficacia.

Uno de los aspectos más importantes a la hora de alcanzar la máxima eficacia es no hacer uso de estos cuando no sean necesarios. Debemos tener en cuenta que estos sistemas sólo mantienen el calor mientras están funcionando. Lo que supone que una vez que los encendemos de forma casi inmediata generan calor. Una vez apagados este calor se dispersa rápidamente. Al contrario que sucede con la calefacción tradicional con radiadores alimentados por calderas de agua caliente. En las que una vez apagadas los radiadores siguen emitiendo calor. Es por ello que es importante hacer uso de los programadores, de forma que podamos encender y apagar los equipos en el momento preciso.

Aparato de aire acondicionado.
Aire acondicionado | Freepik

Como ya hemos comentado anteriormente, es importante la orientación del flujo de aire. En las épocas frías es recomendable que se dirija a la parte baja de la estancia. Además, para conservar el calor evitando que se escape, debemos mantener en la medida de lo posible tanto ventanas como puertas cerradas. Así como mejorar el aislamiento colocando burletes y evitando así las corrientes de aire frío del exterior. Además de no bloquear las salidas de aire, si se permite la correcta salida del aire corremos el riesgo de malgastar energía lo que disminuye considerablemente el rendimiento.

Regular correctamente el termostato tiene gran importancia, porque podemos correr el riesgo de pensar que poner el termostato al máximo al conectar el equipo, hará que la estancia se atempere más rápidamente. Al contrario de lo que podamos creer con esto lo único que conseguimos es derrochar energía.

Pero estas no son las únicas consideraciones que debemos tener en cuenta, además es importante ventilar las estancias a primera hora de la mañana por un tiempo no superior a 10 minutos, justo antes de encender la calefacción. Así como aprovechar el calor del sol subiendo las persianas y abriendo las cortinas.

Cómo usar el aire acondicionado en invierno: modos y temperaturas recomendadas

En invierno son frecuentes las lluvias y con ellas un aumento de la humedad en el ambiente, esto puede hacer aumentar la sensación de frío, lo que nos lleva a subir la temperatura en el termostato y originar un gasto extra. Por lo que es importante hacer uso de los modos adecuados de los que disponen los aparatos.

Muchos de estos disponen del sistema Dry, un sistema que permite reducir el nivel de humedad del ambiente de nuestros hogares en invierno. Es inevitable en esta época reducir la ventilación y es por ello que se puede generar condensación y exceso de humedad. Algo que podemos solucionar con este modo. Este funciona como un humidificador regulando la humedad en el ambiente, el equilibrio perfecto para garantizar que sea saludable.

Con respecto a la temperatura, esta debe situarse entre los 20 y 22 grados, ya que si la temperatura excede de los 24ºC corremos el riesgo de que haya un ambiente seco y poco saludable.

Si hay un exceso de humedad considerable, necesitaremos un tiempo mayor de uso, lo que supondrá un aumento del consumo. Por lo que hay que procurar en la medida de la posible mantener la temperatura entre los valores recomendados. Lo que para ello debemos aplicar de forma eficiente todos los consejos que antes hemos descrito.

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