El verano está a la vuelta de la esquina, por lo que debemos estar preparados para hacer frente a las altas temperaturas. En los últimos años, la temperatura media ha aumentado y es por ello que en muchos hogares han optado por la instalación de equipos de aire acondicionado.
Además hemos visto como el coste de la energía se ha disparado, y para la mayoría de los hogares, hacer uso de estos sistemas de climatización va a suponer una buena parte de su presupuesto en energía. Por lo que es necesario optimizar al máximo su uso, algo que solo podemos conseguir con un buen mantenimiento y utilizándolo de modo adecuado.
La tecnología de los aparatos de aire acondicionado ha evolucionado y cada vez son más eficientes, esto en parte es gracias al desarrollo de modos de funcionamiento, que podemos seleccionar para optimizar su uso y reducir su impacto en la factura de la luz. Entre los modos más eficientes de uso se encuentra el modo automático.
¿Es mejor poner el aire acondicionado en automático?
Antes de contestar a esta pregunta debemos tener en cuenta una serie de consideraciones. Ya que el ahorro no solo se produce por su uso, para mejorar la eficiencia de los mismos y conseguir el máximo rendimiento, será necesario un buen mantenimiento y limpieza de los aparatos. Antes de comenzar la temporada debemos hacer una puesta a punto después del periodo de inactividad por el invierno.
A la revisión de los aparatos debemos añadir la limpieza de la instalación, para evitar la obstrucciones y que el aire salga sin problemas, así como la recarga de gas en los compresores. Además de comprobar el estado de las pilas del mando a distancia, sustituyendo estas, para asegurarnos de su buen funcionamiento. Una vez estamos listos es el momento de poner en marcha nuestros equipos.
La mayoría de los fabricantes incluyen un programa automático, lo que hace que el funcionamiento del aparato se ajuste a las condiciones de la estancia en cada momento. Ajustando tanto la temperatura como la velocidad para conseguir la mejor climatización con el mínimo gasto de energía. Así evitamos el gasto innecesario consiguiendo la máxima eficacia.
Por lo que podemos afirmar que poner el aire en modo automático es mejor que utilizar otros ajustes manuales con los que estamos malgastando los recursos.
Cómo poner el aire acondicionado en automático
Además de controlar el termostato de los sistemas de climatización, estos ofrecen otras muchas funciones con las que podemos ajustar la dirección del aire, la velocidad del ventilador o los modos de refrigeración. Pero que podamos realizar todos estos ajustes, no nos garantiza la máxima eficiencia, esta solo la conseguimos con el modo automático. Para activarlos sólo hay que seguir los siguientes pasos:
- Enciende el aire acondicionado y utiliza el mando a distancia.
- Entre los botones que encontramos en el mando a distancia debemos tener una cuya función sea seleccionar el modo. Presiona dicho botón para acceder a ellas.
- Debemos movernos por dentro del menú hasta encontrar la función “Auto”
- Una vez lo hemos localizado, debemos activarlo.
Esto ajustará todos los parámetros que sean necesarios para conseguir el mejor resultado. Adaptando estos cuando cambien los niveles de temperatura dentro de la estancia. Con lo que cuando sea necesario cambiará la configuración del mismo de forma automática, consiguiendo la máxima eficacia.
Del mismo modo y con ayuda del mando a distancia podemos desactivar el modo automático. De manera que podemos hacer uso de otros modos como el modo Dry (seco) o el modo cool (aire frío). Con lo que ahora podemos elegir la temperatura deseada, hacer que se muevan las aspas o la dirección en la que debe dirigirse el aire.
¿Hay que poner el aire acondicionado en Auto o Cool?"
La diferencia entre los modos de uso de los aires acondicionados es considerable. Por lo que, si queremos sacar el máximo rendimiento a nuestros equipos y saber en qué momento es mejor hacer uso de un modo y otro, antes debemos saber las particularidades de ambos.
Como hemos dicho, el modo más eficiente es el Auto, ya que se ajusta a las condiciones de la habitación reduciendo el consumo energético. Pero, ¿es el más recomendable para nuestras necesidades?, tal vez no lo sea dependiendo del momento.
Por otro lado, uno de los modos imprescindibles en cualquier aire acondicionado es el modo Cool o modo de refrigeración. Gracias a este sistema podremos enfriar la estancia consiguiendo una temperatura adecuada y mantener esta de forma homogénea y constante. Identificaremos esta como un copo de nieve en el mando a distancia. Como ya hemos comentado mantiene la temperatura constante en la habitación, reduciendo el impacto climático y ahorrando energía, ya que al mantener la temperatura el coste de poner en marcha de nuevo el aire acondicionado es menor.
Para que este modo sea eficiente y no suponga un gasto excesivo, la temperatura de la habitación debe estar entre los 21 y 24 grados, teniendo en cuenta que la diferencia entre el interior con respecto al exterior no debe ser superior a los 12 grados, lo cual puede producir un cambio demasiado brusco de temperatura, con lo que no seremos mucho más eficientes.
Por lo que la elección entre estos dos modos dependerá un poco de nuestras necesidades y nuestros hábitos. Ya que estos pueden influir directamente en la eficiencia y en nuestra factura.