A la hora de elegir un sistema para ahorrar a la vez que cocinamos nos surgen muchas dudas. El precio del gas, como el de la electricidad, se ha disparado en los últimos meses, y no es una decisión que debamos tomar a la ligera. A continuación, te damos algunas claves para elegir qué opción nos conviene más. Así podrás descubrir si es más recomendable cocinar con gas o con electricidad.
Son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de elegir, variables como si en nuestro lugar de residencia podemos hacer uso del gas natural o necesitamos usar bombonas e incluso si nuestra casa dispone o no de placas solares. Así como el uso que hagamos de la misma, si es diurno o nocturno o durante más o menos tiempo. Además, cada sistema, ya sea de gas o eléctrico, tiene sus pros y sus contras.
Ventajas y desventajas de las cocinas con gas
Desde la popularización de la vitrocerámica y la inducción las cocinas de gas han ido cediendo terreno. Aunque es cierto que en los últimos años están experimentando un repunte con más presencia en los hogares. Las cocinas de gas sustituyeron a las de carbón y han dado paso a las eléctricas, aunque aún podemos seguir comprando e instalando cocinas tradicionales. Antes de lanzarnos a por una de estas, debemos tener en cuenta y conocer más a fondo cuales son sus puntos fuertes y débiles.
Comenzaremos con sus ventajas. Si hablamos en términos de eficiencia, estas son las que menos contaminan, ya que consumen mucha menos energía que las eléctricas. Además, si tenemos en cuenta las emisiones de CO2 podemos decir que producen la mitad que una cocina eléctrica. El gas sólo genera 200 gr por cada kwh de potencia.
Si lo hacemos en términos de ahorro, este tipo de cocinas nos permiten un mayor ahorro, el kwh de gas es más barato que el eléctrico. Además de la pérdida de energía que supone el calor residual no utilizado.
Por último, en las cocinas de gas podemos hacer uso de casi cualquier material para cocinar, como el acero, el hierro o los pucheros de barro de toda la vida.
Pero también hay una serie de inconvenientes, como es el espacio de almacenamiento de las bombonas, el mantenimiento y la limpieza. Esta última debido a que no disponen de una superficie lisa como las vitrocerámicas.
Pero la más importante de todas, el riesgo de fugas. Aunque los sistemas han mejorado con el paso del tiempo y el riesgo se ha reducido. Es una realidad que los accidentes ocurren y que la acumulación de gas puede provocar explosiones y deflagraciones y ponernos en riesgo. Así como el riesgo de sufrir quemaduras, a las que debemos añadir las que producen al encender los quemadores.
Pros y contras de las cocinas con electricidad
Al igual que las anteriores, no todo es perfecto a la hora de cocinar con electricidad. Aunque podemos hacer un listado de las virtudes y problemas que presenta este sistema, que en la actualidad está entre los más populares. Una de las principales ventajas es la facilidad y suministro de estas.
Solo necesitamos un enchufe con la potencia suficiente para soportar su demanda. Al contrario que las cocinas de gas, no necesitamos estar pendientes si en nuestra residencia hay acceso al gas o hay servicio de reparto. Y por descontado no tenemos que estar pendientes de tener suficiente gas en las bombonas.
La seguridad es otra de las ventajas más destacadas, reduciéndose en gran medida el riesgo de incendio. Además de la limpieza, al tratarse de superficies lisas, es mucho más rápida y sencilla de mantener limpia. Y no necesita revisiones periódicas, como a las que se someten las calderas, las cuales son necesarias en las cocinas de gas.
Por otro lado, el gran inconveniente es el precio de la energía, consumen muchos más kwh hora y además el precio es más elevado que el del gas. Y como ya hemos comentado, no son tan eficientes como las anteriores y emiten el doble de CO2 a la atmósfera.
Qué es más barato, ¿cocinar con gas o electricidad?
En resumen, ya ha quedado claro sin duda alguna que es mucho más barato cocinar con gas, independientemente de que sea gas natural o bombonas de butano. Aunque las cocinas eléctricas siguen siendo las más demandadas. Ya que, en esta ocasión, el precio no es un argumento de peso para pasarse a las cocinas de gas. Y menos aún cuando en la mayoría de hogares se está optando por la instalación de placas solares, con las que se reduce considerablemente la dependencia energética.
