El invierno no ha terminado y aún estamos a tiempo de cambiar el método que utilizamos para calentar nuestro hogar. Antes de lanzarnos al cambio lo primero que debemos hacer es evaluar las opciones y plantear alternativas. Si estás pensando en instalar o cambiar tus radiadores por unos que consuman poco sigue leyendo y tal vez encuentres alguna solución. Vamos a conocer cuáles de estos consumen menos energía.
Radiadores que menos consumen: eficiencia y calidez
Cuando hablamos de radiadores, a todos nos viene a la cabeza el típico que se conecta al enchufe de la luz, pero no caemos en la cuenta de que existen diferentes tipos de estos radiadores, pueden ser de aire, resistencias eléctricas o aceite. Pero no todos son igual de eficientes ni consumen lo mismo.
Cuando hablamos de eficiencia generalmente nos referimos a los que producen mayor calor con el menor gasto energético. Pero no es el único factor que debemos evaluar a la hora de elegir por qué radiador nos decantamos.
El tipo de radiador que menos energía consume para ofrecernos el máximo confort son los térmicos fabricados en cerámica. Esta afirmación es posible si tenemos en cuenta la inercia térmica. La cual es la capacidad de transmitir calor una vez que los hemos apagado.
A diferencia de los radiadores de aire o los de resistencias, los cuales una vez apagados no siguen generando calor. En el caso de los cerámicos y funcionamiento es muy distinto, mientras los mantenemos encendidos, el material cerámico que los componen se calienta, guardando el calor para que, una vez llegado a la temperatura idónea, deje de consumir energía y siga irradiando calor. Lo mismo sucede cuando lo apagamos, horas después sigue desprendiendo energía, por lo que nos mantenemos calientes durante más tiempo.
Es cierto que un principio puede darnos la sensación de que el gasto es mayor, pero a la larga comprobaremos que no es así. Podemos llegar a ahorrarnos hasta un 15% menos que si hacemos uso de radiadores de fluido, agua o aceite. Y llegar has tal 30% si lo comparamos con los radiadores convencionales.
Cómo evaluar la eficiencia energética de un radiador
Como ya hemos comentado, evaluar la eficiencia energética no solo depende del gasto en el que incurrimos cuando lo ponemos en marcha, sino que entran en juego otros factores como la inercia térmica.
Por lo que debemos hacer el cálculo teniendo en cuenta el número de horas que debemos mantenerlos encendido para permanecer calientes, así como el consumo por hora. De esta forma es como llegamos a la conclusión de que los radiadores cerámicos son mucho más eficientes que el resto. Así como la inercia térmica o el tiempo que siguen emitiendo calor después de haberlos desconectado.
Por lo que será importante calcular el gasto teniendo en cuenta estos parámetros, para ello debemos calcular las horas que deben estar encendidos, por la cantidad de energía en vatios que consume a la hora, y por último calcular el tiempo que tardan en enfriarse y siguen emitiendo calor.
Qué radiadores eléctricos consumen menos: guía práctica
Debemos tener en cuenta de que la eficacia de un aparato no solo depende del tipo, sino que también influyen otros factores como la marca y modelo. Por lo que a la hora de elegir un radiador debemos analizar con detenimiento una serie de características que nos darán la clave para una buena elección.
Para asegurarnos de una correcta eficiencia debemos buscar radiadores con termostato programable. Gracias a esto podemos establecer los horarios y la temperatura idónea para cada momento. También podemos aprovechar las horas en las que la electricidad es más barata para ponerlos en funcionamiento, con lo que no sólo optimizamos el uso de energía, sino que aumentamos el ahorro.
El uso de nuevas tecnologías en materia de climatización es algo muy a tener en cuenta. En el caso de los radiadores el uso de la convección forzada ofrece muy buenos resultados a la hora de calentar nuestro hogar de forma rápida y eficiente.
En este apartado también debemos destacar el uso de otras tecnologías como el Bluetooth o Wifi. Estas permiten además de programar el uso de los radiadores la posibilidad de gestionar su uso de forma remota, incluso sin estar en casa.
Mejorar el aislamiento es vital, ya que de este modo evitamos la fuga de energía y tener que invertir más energía de la necesaria para mantenernos calientes.
La instalación de sensores de temperatura es vital a la hora de calcular la temperatura y la potencia de los radiadores en función del entorno, con lo que evitamos el gasto innecesario.
Por último, debemos buscar aparatos certificados con la etiqueta energética europea para asegurarnos de una buena compra. Así como revisar las especificaciones técnicas.