Comprar una lavadora es una decisión que no debemos tomar a la ligera. Además de ceñirnos a un presupuesto, debemos tener en cuenta una serie de consideraciones, como la capacidad de carga y la eficiencia energética, entre otras. Si estás buscando lavadoras eficientes, tal vez debas decantarse por una con tecnología inverter, te contamos todo lo que debes saber sobre estos motores.
¿Cómo funciona un motor inverter?
Cuando buscamos una lavadora y consultamos las características técnicas, para encontrar la mejor solución nos encontramos con términos con terminologías como inverter. Muchos usuarios que no están familiarizados no le dan la importancia que tiene. Por lo que puede pasar desapercibido y optar por otros electrodomésticos con distintas características. Si no sabes qué significa que tu lavadora cuente con este sistema, a continuación, te lo contamos.
Los motores inverter, en el caso de las lavadoras, controlan la potencia a la que trabaja el motor. Regulando el esfuerzo de este en función de las necesidades. Con un arranque gradual, solo llegará a su máxima potencia cuando sea necesario. Las lavadoras que cuentan con este sistema son mucho más eficientes, ya que ajustan la potencia a la cantidad de ropa y los programas seleccionados.
La mayoría de los motores de estas lavadoras son de corriente continua (DC), lo que se traduce en un mayor control de la velocidad del motor, lo que afecta directamente a los ciclos de lavado. El motor va directamente conectado al tambor, sin necesidad de otros sistemas como correas o poleas de las que disponen las convencionales. Por lo que reducen la fricción, generan menos ruido y se produce un menor desgaste, haciendo que la lavadora sea mucho más eficiente.
Ventajas de tener una lavadora con un motor inverter
Son muchas las ventajas que aportan los electrodomésticos con este tipo de tecnología. Y en particular las lavadoras. Decantarnos por la compra de estas, tiene una serie de ventajas entre las que se encuentran, las siguientes:
- Mayor ahorro energético, La reducción de consumo puede llegar hasta el 40% de energía, en comparación con otros electrodomésticos tradicionales.
- Menor gasto económico. Aplicable a la factura de la luz.
- No necesitan tanto mantenimiento, esto se debe al menor número de piezas móviles susceptibles de desgaste.
- Mayor eficiencia energética. Necesita una cantidad de energía menor para realizar las mismas tareas que otras lavadoras.
- Una mayor vida útil, del mismo modo que se reduce el mantenimiento, aumenta la vida útil. Esto es a consecuencia de la baja fricción de sus componentes.
- Son mucho más silenciosas, al no disponer de tantas piezas móviles que producen vibración y roce, el ruido se reduce considerablemente. Además, debemos añadir que estas disponen de materiales aislantes del ruido.
Lavadora con motor inverter vs convencional
Como ya hemos comentado, la gran diferencia entre ambas es de nivel estructural, el diseño de su motor, lo que permite controlar la velocidad de giro del mismo. Los motores tradicionales suelen ser de dos velocidades e incluso de una, por lo que a menudo consumen más energía de la que necesitan para llevar a cabo el programa de lavado seleccionado.
Encontramos también diferencias a la hora del cuidado de nuestras prendas y el desgaste de las mismas. El tejido de las prendas, es una característica esencial a la hora de elegir el tipo de lavado que usaremos. No es lo mismo la limpieza de ropa delicada, que la ropa de trabajo e incluso la suciedad de la misma. Cada una tiene sus necesidades, gracias a la tecnología inverter podemos ajustar el lavado a estas. Evitando el desgaste y el desgarro de la ropa, con lo que conseguimos prolongar la vida útil de las prendas, manteniendo así su calidad durante más tiempo. Del mismo modo que conseguimos enjuagues más completos y una limpieza mucho más eficiente.
Como ya hemos comentado, en términos de durabilidad y vida útil, las lavadoras inverter son una apuesta segura, en comparación con las tradicionales. Además de incluir garantías adicionales, la vida útil de estas se sitúa entre 10 y 15 años, mientras que en las tradicionales se encuentra entre los 7 y los 15 años. En resumen, tener una lavadora inverter es mucho más económico a la larga, aunque la inversión en un primer momento sea mayor.
