El correcto funcionamiento de los sistemas de calefacción no solo es necesario para mantener el calor y hacer que nuestro hogar sea confortable. En el caso de sistema con caldera de gas, además es importante para mantener la seguridad de los mismos, algo que solo podemos conseguir llevando a cabo las pertinentes revisiones. Estas son obligatorias por ley y debemos cumplirlas para evitar problemas. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre esta revisión.
Cuándo realizar la revisión gas
El objetivo de la misma es comprobar que estamos frente a una instalación segura. Más allá de asegurarnos de su correcto funcionamiento y evitar las averías por el desgaste de las piezas. Estas revisiones de carácter obligatorio además de poner el acento en las piezas de la caldera que debamos sustituir, sirven para analizar otros parámetros como el correcto funcionamiento, la emisión de gases además de la eficacia energética de la misma.
No solo se centran en la propia caldera, sino que se realiza una comprobación general desde la estanqueidad del contador, las tuberías, el buen funcionamiento de las llaves de paso, de las juntas y gomas, así como el buen estado de conservación de las mismas. De manera que podemos saber cuál es el estado general de la instalación, así como localizar posibles puntos débiles que podrían provocar fugas y otras averías.
Estas se realizan de forma periódica cada 5 años en el caso de las calderas de gas natural, son las propias comercializadoras del gas las que se ocupan de prestar este servicio a sus clientes. Y su coste es repercutido en la factura del mismo.
Revisión gas butano
Además de las calderas de gas natural, existen otras opciones como las calderas y calentadores tanto de gas butano como de propano. En este caso es el propio titular del contrato de suministro el encargado de contratar el mantenimiento y la revisión de la instalación. Al igual que sucede con las instalaciones de gas natural, con este tipo de sistema de calefacción también tenemos que llevar a cabo una serie de revisiones de carácter obligatorio, estas se realizan del mismo modo cada 5 años. Aunque en el caso de los depósitos de propano, además es necesario la revisión de la presión de la instalación cada 15 años.
El objeto de esta es la emisión del certificado de revisión, el cual conseguiremos una vez realizada la pertinente revisión en la que se repasaron los siguientes puntos.
- Comprobar que la combustión es correcta.
- Revisar que disponemos de una buena ventilación.
- Verificar la correcta evacuación de los productos de combustión.
- Comprobar que los envases estén almacenados correctamente.
- Verificar el buen estado de la instalación.
- Comprobar la estanqueidad de la instalación.
- Así como el buen funcionamiento de los reguladores.
- Por último, emitir el certificado oficial.
Revisión de la instalación de gas
Al igual que la anterior la revisión de los sistemas de gas canalizado, se realiza de forma periódica, en esta se comprueban estos principales aspectos, que van desde la estanqueidad de circuito, la combustión del combustible, la eficiencia energética, así como la correcta ventilación.
Además de esto se comprueba el correcto funcionamiento de los grifos del agua caliente, así como la estanqueidad de los radiadores y en general el estado de conservación de la instalación desde el propio contador instalado en el exterior de la vivienda, como las canalizaciones y todos los elementos de la instalación.
Cuánto cuesta la revisión del gas
El precio de la revisión, puede variar considerablemente dependiendo de la zona geográfica en la que nos encontremos, así como en función del sistema de calefacción que tengamos, ya que el coste de esta no es el mismo para una instalación de gas propano o butano que de gas natural.
En el caso de las conducciones de gas, como ya hemos mencionado, se suelen ocupar las compañías comercializadoras. Solo el coste de gestión de estas es de unos 12,80 euros precio (fijo para todas las comercializadoras) que debemos pagar siempre. A lo que hay que sumar el coste de la revisión. Esta tiene un precio acordado que dependiendo de las comunidades autónomas oscila entre los 30 euros y los 35 euros. Pero en algunas comunidades autónomas como La Rioja, este puede ser incluso inferior, llegando a ser de 21,50 euros. Según hemos podido conocer por un estudio de OCU. Además, si se trata de una instalación de gas comunitaria, el coste puede encarecerse en 10 euros adicionales.
En el caso de las instalaciones del gas butano o propano el coste es superior, aunque depende mucho de quién nos preste el servicio, una empresa autorizada o la propia comercializadora. El coste oscila entre los 70 y los 80 euros. En esta ocasión el precio de esta puede verse incrementado si la instalación presenta anomalías. A lo que debemos sumar un extra dependiendo de la comunidad autónoma, así como por la complejidad de la instalación, la distancia de desplazamiento o de la urgencia de la misma.
