A la hora de elegir qué tarifa de luz nos conviene más, nos enfrentamos a una serie decisiones, si optar por una tarifa fija o una variable. No se trata de una elección buena o mala, sino simplemente se trata de evaluar nuestras necesidades y ver qué se adapta mejor en cada momento.
A continuación, trataremos de explicar todo lo que debes saber acerca de cada una de las modalidades de contratación y así decidir cual es la más recomendable en cada caso.
¿Qué es una tarifa de luz fija?
Si estás pensando en contratar una tarifa de luz fija, antes debes conocer de qué se trata y cómo funciona. En primer lugar, tenemos que tener claro que estas tarifas sólo pueden ser ofertadas por comercializadoras de referencia. Los contratos tienen una duración de 12 meses durante el cual el precio no varía, se establece un precio de KWh que permanecerá inalterable independientemente de las fluctuaciones.
Tipos de tarifa de luz fijas
Como ya hemos explicado antes, el precio se mantendrá inalterable durante un año, tiempo durante el cual sabremos de forma exacta qué vamos a pagar en la factura de la luz, dependiendo de nuestro consumo. Existen dos tipos de tarifas fijas.
Una modalidad en la que se establece el precio del KWh se aplicará a la cantidad de energía consumida, de modo que al final del ciclo de facturación pagaremos la cifra devengada.
Por otro lado, tenemos los planes de cuota fija, que funcionan de una forma similar. Ya que, durante ese año, el precio de nuestra factura de la luz no varía. Todos los meses pagamos la misma cantidad de dinero en la factura y al final del ejercicio, se realiza el cálculo de la energía y se compensan las facturas. Si como resultado obtenemos un mayor gasto energético del que a priori se había calculado, tendremos que abonar la diferencia, en el caso contrario la compañía nos compensará en las próximas facturas el saldo a su favor.
¿Qué es una tarifa de luz variable?
También conocida como tarifa indexada, es aquella en la que el precio de la luz varia cada hora. Un precio que viene dado por el mercado eléctrico en función de la demanda. Está pensada para que el consumidor pague exactamente el precio que vale en función del precio de mercado. Por lo que el importe de la facturación mensual fluctúa en función de los precios.
¿Cuáles son las ventajas de la tarifa de luz fija?
La principal ventaja de este tipo de tarifas es que podrás calcular lo que vas a pagar en cada factura en función del gasto. Ya que independiente de cuando gastes la energía, el precio del KWh será el mismo. Por lo que si el consumo de tu hogar es más o menos similar cada mes, podrás hacerte una idea de lo que vas a pagar de luz al final del periodo de facturación. Y hacer un estimado del gasto al año. Sin tener que estar atento a la fluctuación del mercado
¿Cuáles son las ventajas de la tarifa de luz variable?
Aunque para conseguir un mayor ahorro en la factura de la luz tendremos que estar pendientes de la evolución del precio de la energía en los mercados. Tenemos la opción de aprovechar los momentos del día en los que el precio es menor para realizar un mayor gasto.
Teniendo en cuenta que el precio del Kwh es establecido por la OMIE y no por las comercializadoras, obtendremos cierto beneficio, sobre todo en los meses en los que el precio de la energía baja, ya sea por la poca demanda o en los que aumenta la producción como los meses de verano, en los que aumenta la producción de energía solar.
Para qué tipo de consumidor es mejor una u otra tarifa
Para todos aquellos usuarios que no quieren tener sobresaltos a la hora de recibir la factura de la luz. Que prefieren pagar un poco más, pero saber con certeza lo que van a pagar de luz cada mes, lo más recomendable es la tarifa fija.
Si te preocupa pagar más por la energía, solo el precio real de este en cada momento y no te importa adaptar tus hábitos diarios a las demandas del mercado. Sin duda lo más recomendado son las tarifas variables.
