Desde que el pasado 14 de marzo se decretase el Estado de Alarma en nuestro país, el consumo de la energía ha sufrido muchos cambios.
En el post anterior ¿Cómo afecta el estado de alarma a tu factura de la luz? estudiamos de qué forma impactaba el Estado de Alarma al consumo eléctrico y los efectos que tenía en el precio de la energía.
En él llegamos a la conclusión de que las medidas de confinamiento afectaron directamente a la demanda eléctrica, debido al gran volumen de locales y comercios cerrados, y que esta reducción del consumo afectaba directamente al precio de la energía, reduciendo su coste.
Esta publicación la hicimos a principios de abril, no obstante, el Estado de Alarma estuvo vigente hasta el 11 de mayo. A partir de ahí comenzaron las fases de desescalada que concluyeron el 21 de junio con la llegada de la nueva normalidad.
En este nuevo post queremos poner a prueba las conclusiones que extrajimos entonces, analizando los diferentes escenarios que se han ido sucediendo:
Evolución de la demanda eléctrica
Gráfico 1. Evolución de potencia máxima diaria.
En el Gráfico 1 podemos ver la evolución de la demanda de potencia máxima diaria desde el 1 de febrero hasta el 30 de septiembre de 2020. Los diferentes colores representan las etapas acontecidas en base a las diferentes restricciones:
- AZUL: Antigua normalidad (01/02 al 14/03)
- AMARILLO: Estado de Alarma español (14/03 al 11/05)
- VERDE: Periodo de desescalada (11/05 al 21/06)
- ROJO: Nueva normalidad (21/06 al 30/09)
Las líneas de puntos intermitentes representan la tendencia de los valores en cada una de las etapas.
En la ‘Antigua normalidad’ el consumo corresponde a meses de invierno, meses en los que hay menos horas de luz, hace más frío y no había restricciones ni confinamiento. El consumo es alto debido a estas circunstancias. Durante el ’Estado de Alarma’ el consumo eléctrico cae progresivamente debido al cierre de comercios, restaurantes y establecimientos de gran consumo, estabilizándose en casi 10.000 Megavatios menos con respecto a la Antigua normalidad. En la ‘Desescalada’ se relajaron gradualmente las medidas de confinamiento y, de forma inversamente proporcional, el consumo eléctrico creció.
La nueva normalidad
El consumo eléctrico de la antigua y nueva normalidad se sitúa en valores similares, sin embargo, no tiene el mismo comportamiento. La principal causa es que la nueva normalidad transcurre en los meses de verano y en estos meses la forma de consumir electricidad es diferente:
- En verano tenemos más horas de luz y reducimos el consumo eléctrico destinado a la iluminación
- Las temperaturas suben y nuestras horas de mayor demanda de equipos de climatización también se incrementan.
La tendencia en este tramo es decreciente. Esto tiene una explicación. Los últimos días de esta etapa corresponden al otoño y en las estaciones intermedias se reduce el consumo eléctrico al moderarse las temperaturas.
Demanda eléctrica a lo largo del día
A continuación, vamos a ver una gráfica que representa un día laboral (martes) de cada etapa. La curva refleja la media de demanda eléctrica por hora de todos los martes disponibles de cada etapa.
Gráfico 2. Evolución de la demanda media por horas
En este segundo gráfico volvemos a comprobar que las restricciones y medidas de confinamiento impactan en la demanda de consumo eléctrico. La demanda es superior en la antigua y nueva normalidad.
Además, también cabe destacar que el pico de demanda en la nueva normalidad (verano) está situado a las 12h del mediodía y en la antigua normalidad (invierno) se encuentra en torno a las 20h de la tarde; corroborando que los hábitos de consumo son diferentes.
Evolución del coste de la energía
Hemos vuelto a revalidar que las restricciones y medidas de confinamiento impactan sobre la demanda del consumo, pero ¿qué ha ocurrido con el precio de la energía en estos meses?
Hemos consultado los datos del mercado eléctrico en la OMIE y hemos extraído las siguientes conclusiones:
Gráfico 3. Comparativa de la evolución del precio de la energía y la evolución de la potencia máxima diaria.
Volvemos a comprobar que el consumo eléctrico afecta directamente al precio de la energía. A medida que las restricciones han ido relajándose, la demanda de energía fue aumentando y el precio también ha ido subiendo.
La demanda eléctrica es uno de los valores que más influyen en el precio de la energía, pero no es el único. Si nos fijamos en el tramo final, el consumo de la nueva normalidad ha bajado pero el precio de la energía ha mantenido su subida. Esto se debe a que la generación eléctrica también cambia con el tiempo. Es posible que, en este último periodo, en la subasta energética hayan entrado tecnologías de generación más caras para poder abastecer la demanda eléctrica.
Evolución del precio de la energía a lo largo del día
En el siguiente gráfico vamos a comparar la evolución del consumo eléctrico y el precio de la energía durante las 24 horas del día, teniendo en cuenta las diferentes etapas.
Gráfico 4. Comparativa de la evolución del precio por horas del día y la evolución de la demanda por horas del día.
Podemos ver que cuando las medidas de confinamiento son mayores (líneas naranja y verde) tanto la demanda eléctrica como el precio de la energía tienen valores más bajos. Por lo tanto, revalidamos que, si desciende el consumo de energía, esto repercutirá en el precio, que experimentará una bajada también. Aunque haya otros elementos que influyen en el precio como las tecnologías empleadas en la generación eléctrica, la demanda eléctrica es un factor clave para determinar su subida o bajada.