Las alarmas han existido desde hace muchas décadas para proteger empresas, grandes instalaciones, centros comerciales y, los que se lo podían permitir, también en sus casas. Ahora ese problema ya no existe porque este tipo de sistemas están presentes en una buena cantidad de domicilios y, gracias a las tecnologías de telepresencialidad, son capaces de mantenernos informados de todo lo que ocurre prácticamente en tiempo real. Es por eso que, ¿sabes por qué se instalan más alarmas en casa?
¿Por qué es importante instalar alarmas?
No hará falta decir que la principal razón para instalar uno de estos sistemas de vigilancia tiene que ver con esa sensación de seguridad que todos queremos sentir en nuestro hogar. Ya sea cuando nos encontramos en el interior o al salir y dejarla completamente vacía. A diferencia de otras épocas, ahora las casas no queda al albur de los delincuentes y los avisos que solo reciben los operadores de la empresa que os presta servicio, sino que podemos gestionar todos los parámetros desde la pantalla de nuestro smartphone.
Además, en los últimos tiempos estas instalaciones se han visto multiplicadas en viviendas que no son de primer uso (que normalmente ya están equipadas con sistemas de vigilancia), y sí las vacacionales que quedan vacías la mayor parte del año. Es en estos lugares y ante la amenaza del fenómeno de la "okupación", lo que ha llevado a una cantidad considerable de propietarios a tomar medidas de este tipo.
¿Qué protege una alarma?
La instalación de una alarma no nos protege de sufrir un incidente pero, a diferencia de aquellos hogares en los que no se instalan, sí permiten disuadir a los asaltantes de que lo hagan. Esencialmente porque saben que en ese domicilio habrá una respuesta temprana y, también, sistemas de grabación que podría identificarlos ante las autoridades. Ese riesgo de ser descubierto o cazado provoca que decidan, antes de entrar en una casa protegida, hacerlo en otra que no lo esté.
De todas formas, si la voluntad de los asaltantes es acceder a la vivienda a pesar de las medidas disuasorias, contaremos con pruebas documentales para defender lo ocurrido ante la policía e incluso las empresas aseguradores encargadas de cuantificar los destrozos que nos puedan ocasionar. Y es que como sabéis muchos, no es lo mismo un robo que un hurto, así como las consecuencias legales que acarrea cada uno de ellos.
En el caso de las "okupaciones", la presencia de una alarma, tanto en primeras viviendas como en las vacacionales, permite alertar a las autoridades en pocos segundos, obtener imágenes y certificar que se ha producido un asalto que, en la mayoría de las ocasiones, concluye con el desalojo de las personas que han intentado acceder con la intención de apropiarse del uso de nuestra vivienda.
¿Solo protegen robos y otros delitos¿
Es evidente que los robos, asaltos violentos y las "okupaciones" son los incidentes que suelen copar los titulares de los periódicos y medios de comunicación, pero existen otras muchas situaciones en las que una alarma puede socorrernos y ayudarnos a salvar del desastre todo lo que tenemos. Estas instalaciones no solo miran lo que ocurre en el interior, sino también en el interior, donde es posible prevenir y actuar con rapidez en casos de incendios, inundaciones y otro tipo de problemas.
Para ello, la instalación debe estar equipada con sensores de humo o de agua que se sitúan, los primeros, en el techo de algunas estancias de la casa y los segundos, prácticamente a ras de suelo donde pueden detectar si comienza a acumularse agua de un grifo, una ducha, un lavabo o cualquier otra fuente que tengamos instalada en alguna parte de la casa.
¿Qué elementos forman parte de una alarma?
Toda instalación doméstica está compuesta, en primer lugar, por una unidad central que se encarga de gestionar con las oficinas de la empresa de seguridad todos los elementos que forman parte del servicio: es el aparato donde se coordinan todos los sensores y la última responsable de avisar de un posible problema o amenaza, de tal forma que si se detecta el indicio de una intrusión o la presencia de humo y agua, avisa para que se produzca una intervención inmediata.
Además de esa unidad central pueden aparecer los paneles de desconexión en diferentes zonas de la casa, bien con teclados numéricos para introducir las claves de seguridad paras situaciones de pánico, bien lectores de tarjetas inalámbricas que agilizan el proceso. Por supuesto, es obligatorio tener cámaras que muestren la situación en diferentes estancias y, si se trata de un chalet, también en el exterior para atajar la amenaza antes de la intrusión. Junto a ellas también son necesarios sensores de movimiento, o de apertura y cierre de ventanas y puertas así como detectores de inhibidores que son, en muchos casos, la herramienta que usan los cacos para bloquear la acción de las alarmas.
En los últimos años han proliferado todo tipo de dispositivos que, no solo están al servicio de la empresa de vigilancia, sino que pueden manejarlos los propios clientes desde las pantallas de sus móviles: cámaras con movimientos 360º para no perder detalle de ningún rincón de la casa, e incluso la gestión domótica de luces, persianas, etc. Casi siempre se trata de servicios que muchos usuarios encuentran de extrema utilidad por una cuota mensual que apenas supera los 50 euros y que, como os decimos, acortan las distancia de nuestra tranquilidad cuando nos marchamos y dejamos encendida una alarma que podemos consultar en tiempo real.
