La labores de limpieza y mantenimiento son necesarios en todos los aparatos, con esto conseguimos una mayor eficiencia y vida útil de estos dispositivos. Algo que también es aplicable a los aires acondicionados, ya sean de uso industrial o doméstico. La limpieza de los filtros, la reparación de averías y la sustitución de piezas desgastadas o la recarga del gas son algunas de las tareas que debemos realizar de forma periódica.
¿Qué gas se usa en los aires acondicionados?
Los sistemas de aire acondicionado funcionan extrayendo el aire caliente de la habitación en la que se encuentran. Para realizar el intercambio de temperatura utilizan un gas refrigerante que va cambiando de estado en el proceso enfriando el aire que volverá a la habitación con una temperatura inferior.
Para este proceso los equipos actuales utilizan en su mayoría el gas R410A, por sus características, porque no esagresivo con el medio ambiente. Aunque no es el único que se utiliza para la refrigeración, en el caso de los automóviles es el R134 el más utilizado.
¿Qué tipos hay?
Aunque existen otros tipos de gases refrigerantes que podemos usar para recargar los compresores de los aparatos de climatización.
- Gases como el R-134A, uno de los más usados en refrigeración industrial, presenta una gran eficiencia energética y es usado en lugares con temperaturas medias y positivas. No es un gas tóxico ni inflamable por lo que es muy seguro de manipular.
- R-22 o clorodifluorometano, es un gas que ha sido muy utilizado por su bajo punto de fusión (-157ºC) pero que actualmente está prohibido, por ser contaminante y perjudicial para la capa de ozono. Aunque no son inflamables ni tóxicos este y otros gases como el R-410R o el R-407C no son respetuosos con el medio ambiente.
- El fluoruro de metileno o gas refrigerante R-32 es considerado un gas inflamable, ya que pertenece al grupo de los hidrocarburos fluorados (HFC). A pesar de esto, es sencillo de instalar y supone un gran ahorro energético. Al mantener un valor PCA bajo se considera un gas ecológico, aunque puede explotar al contacto con el aire.
- Los equipos nuevos de refrigeración y climatización usan el R-407C es una mezcla de gases refrigerantes HFC no azeotrópica. Es el candidato perfecto para sustituir al R-22 por sus características similares y su eficiencia energética.
- Y por último el ya mencionado R-410A , más conocido por otros nombres como Eco Fluor, Puron, Forane o Genetron. Se caracteriza por no contener ni Cloro (Cl) ni Bromo (Br), por este motivo es muy respetuoso con el medio ambiente y ofrece un alto nivel de seguridad.
¿Cuándo hay que recargar el aire acondicionado?
Aunque siempre es necesario comprobar la presión de nuestros equipos, no es necesario establecer un vencimiento ni una fecha de recarga obligatoria. Al tratarse de un circuito cerrado en el que a priori no deben producirse pérdidas, pero si comenzamos a notar que baja de presión o la falta de eficacia de nuestro equipo, debemos revisar el estado del mismo y si fuera necesario, comprobar que no se trata de una avería y recargar la pérdida de gas.
Es conveniente revisar y limpiar nuestro sistema de refrigeración al menos una vez al año sobre todo antes del comienzo de la temporada de verano para que llegue el momento de usarlo a pleno rendimiento en las mejores condiciones.
¿Cómo se realiza?
Podemos hacerlo a través de un servicio profesional que se ocupará de averiguar el tipo de gas que usa nuestro equipo y de realizar el procedimiento de forma eficiente y segura, aunque también cabe la posibilidad de hacerlo nosotros mismos.
Antes de comenzar debemos conseguir todo lo necesario: tipo de gas, una bomba de vacío, manómetro y báscula.
Lo primero será conectar los manómetros al obús del compresor del aire. Dependiendo del tipo de aire acondicionado tendremos dos tomas una azul y otra roja. o sólo si se trata del tipo Split, los más comúnmente usados.
A continuación, conectamos la manguera amarilla a la bomba de vacío. De este modo eliminamos el aire del circuito, eliminamos la humedad y al hacerlo conseguimos también aumentar la velocidad de llenado con el gas refrigerante.
Por último, una vez terminado el proceso, procederemos a la carga del gas. Dependiendo de si la botella dispone de una o dos tomas, de gas o de líquido, esto dependerá de la necesidad o no de dar la vuelta a la bombona antes de colocarla en la báscula. Determinada la posición de la botella la colocamos sobre la báscula y la conectamos a la toma amarilla. Pondremos la báscula a cero y en todo momento debemos controlar el peso, para introducir la cantidad indicada por el fabricante de gas.
Una vez completado el llenado, algo que nos llevará unos 5 o 10minutos, dependiendo de la capacidad de carga, cerraremos la botella, los manómetros y daremos por concluido el trabajo.
A la hora de cargar debemos tener en cuenta la capacidad de carga del equipo, del contenido de las botellas y controlar muy bien el uso de los manómetros y el resto de instrumentación. Algo que en un principio parece sencillo pero que tiene sus particularidades. Para más ayuda, debemos acudir a la guía de instalación del propio aparato en el manual de usuario.