La sociedad cada vez está más concienciada con el cuidado del planeta y la sostenibilidad. Entendiendo como sostenibilidad el desarrollo para satisfacer nuestras necesidades sin comprometer a las futuras generaciones, algo a lo que todos podemos contribuir en mayor o en menor medida. Debemos encontrar el equilibrio entre el crecimiento, el bienestar y el cuidado del medio. Para lo que podemos poner en práctica algunas de estas ideas, y movernos por la ciudad de forma mucho más sostenible.
Movilidad sostenible: la mejor forma para moverte por la ciudad
Son muchas las alternativas sostenibles a las que podemos optar para desplazarnos por la ciudad. Toda aportación que hagamos, por pequeña que sea, es muy importante, para conseguir nuestro objetivo. Poner en práctica cualquiera de estas acciones ayuda a reducir los problemas de contaminación frenando las emisiones de al aire, el ruido y la siniestralidad.
En primer lugar, una de las cosas que podemos hacer y que no implica ningún gasto es movernos a pie por la ciudad. Además de ser la medida con menor impacto medioambiental, es una excelente manera de mantenernos en forma y de cuidar nuestra salud más barata. Sobre todo, es muy recomendable en trayectos relativamente cortos, ya que podemos cubrir nuestros desplazamientos diarios, los cuales están dentro de los 3 km de distancia.
La bici y los patinetes son dos medios de transportes totalmente recomendados para desplazamientos urbanos. Ayudan a cubrir distancias más grandes que a pie y del mismo modo nos ejercitamos a la vez que nos desplazamos. Una buena forma de disfrutar de estos sin incurrir en una gran inversión, es usar los servicios colectivos de estos que muchos ayuntamientos han puesto a disposición de los vecinos.
Utilizar el transporte público y colectivo es una buena forma de reducir el impacto, ya que al mismo tiempo que se consume una menor cantidad de combustible por habitante, contribuyen a ahorrar espacio y reducir el ruido del tráfico. Por lo que es importante hacer uso de autobuses, trenes o cercanías.
Reducir el tamaño y la potencia de nuestros automóviles personales contribuyen a minimizar la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Aunque lo más sostenible son los eléctricos, también podemos contribuir con el uso de vehículos híbridos. Así como que siempre es más recomendable usar vehículos de gasolina en detrimento de los Diesel.
El uso compartido de nuestros vehículos es algo que también reduce considerablemente las emisiones. Encontrar a personas que vivan y trabajen en el mismo entorno y que puedan desplazarse en un solo vehículo
Muchos usuarios optan por no disponer de vehículo propio, una solución a este problema de movilidad es alquilar coches por horas. De tal modo que el reducimos la cantidad del parque automovilístico que está la mayor parte del tiempo parado.
Elegir el tren frente al autobús en nuestros desplazamientos interurbanos es algo que sin darnos cuenta contribuye considerablemente a la sostenibilidad. Ya que el tren contamina menos y tiene un menor impacto ambiental.
Y por último, pero no por ello menos importante, evitar en la medida de lo posible el transporte aéreo. Una de los sectores del transporte más contaminantes y que más emisiones nocivas genera es este medio. Por lo que hay que evitar en la medida de lo posible su uso continuado y optar por otras opciones más sostenibles, como el tren.
ODS y movilidad sostenible: metas y progresos
Antes de hablar de este tema debemos tener muy claro a qué se refiere el concepto ODS, para los profanos en esta materia, estos son los objetivos para el desarrollo sostenible. Son un total los 17 marcados por la ONU, aunque en materia de movilidad en las ciudades podemos aplicarlos a tres de ellos.
Por un lado, tenemos el ODS 11, el cual plantea sus premisas en ciudades y comunidades sostenibles. Y como el impacto del transporte en las mismas. En el mismo sentido la ODS 12 aboga por una producción y consumo sostenibles. En este sentido la movilidad está afectada por la gestión de los productos y sus residuos. Por último, el ODS 13 orientada a la acción por el clima, esta supone un 25% de la contaminación en Europa.
Las metas de estos son garantizar tanto el bienestar como salud de los ciudadanos, creando ciudades y comunidades más sostenibles al mismo tiempo que ponemos en marcha la acción climática, reduciendo la huella de carbono. Algo en lo que están implicadas la industria y todos los sectores productivos con la innovación y la modernización de sus sistemas.
Ciudades pioneras en movilidad sostenible
Según el informe elaborado a partir de la campaña europea, Clean Cities son un total de 36 ciudades europeas las que destacan en este aspecto. Todas las ciudades obtienen una puntuación en base a once criterios englobados en cinco categorías, calidad del aire, políticas de movilidad respetuosa, acceso a soluciones de movilidad, seguridad vial y espacio para las personas. Y a partir de los datos obtenidos por este sistema se establece el ranking encontrándonos a Oslo, Ámsterdam y Helsinki a la cabeza. Tenemos que esperar hasta el puesto 10 para encontrar la primera ciudad española, que en este caso se trata de Barcelona.