Un receptor eléctrico es aquel elemento capaz de aprovechar el contacto con la corriente eléctrica para producir un efecto concreto.

En este caso, se encarga de transformar la energía eléctrica en otro tipo de energía útil. Entre este tipo de receptores encontramos ejemplos como las resistencias, las lámparas o, especialmente, los motores.

Tipos de receptor eléctrico

Partiendo del concepto base, el receptor eléctrico se puede dividir en diferentes tipos:

  • Receptores térmicos: Dispositivos que permiten la transformación de la energía en calor. Por ejemplo, planchas y estufas.
  • Receptores lumínicos: Aquellos dispositivos que reciben energía eléctrica y la transforman en luz. Por ejemplo, las lámparas.
  • Receptores electroquímicos: Son aquellos que permiten transformar la energía eléctrica en energía química, lo cual da lugar a las llamadas reacciones químicas. Por ejemplo, las células electrónicas de cualquier equipo.
  • Receptores mecánicos: Una máquina que transforma la energía eléctrica en energía mecánica. Por ejemplo, los motores eléctricos de corriente continua.

Aplicaciones de un receptor eléctrico

El receptor eléctrico es un artefacto que tiene diferentes aplicaciones. Además, se puede ver en el ámbito doméstico y en el industrial. Eso se debe a que es un elemento fundamental para la carga de dispositivos electrónicos de pequeño tamaño y para las lámparas que están presentes en cualquier hogar o centro de negocios.

En lo que se refiere al ámbito industrial, los receptores eléctricos están presentes en el control de la maquinaria, en los sistemas de automatización y en determinados procesos de manufactura. Además, el auge de medios de transporte como el vehículo eléctrico ha dado más importancia al uso de este componente.

También hay que tener en cuenta que en el engranaje de este tipo de coches y de otros elementos industriales aparece el conductor eléctrico. Este elemento destaca por ofrecer una resistencia muy baja al paso de la corriente eléctrica.

Otro aspecto que no pasa desapercibido es que el receptor eléctrico se caracteriza por ser muy versátil. Ese rasgo le permite adaptarse a todo tipo de entornos y poder cubrir las necesidades de usuarios particulares y de empresarios que gestionan maquinaria pesada.

¿Cómo se mide el valor resistivo de un receptor eléctrico?

La medida que registra el nivel de resistencia de un receptor eléctrico es el Ohm. Esta magnitud pertenece al Sistema Internacional de Unidades y es la unidad derivada de la resistencia eléctrica.

Por lo general, el ohmio es una referencia a la resistencia eléctrica que se registra entre dos puntos de un conductor. Todo esto partiendo de la base de que entre esos puntos hay una diferencia de 1 voltio que se mantiene de un modo constante. Esta unidad de medida es registrada por aparatos como el voltímetro, el amperímetro o el óhmetro. Además, estos tres dispositivos tienen un uso doméstico y técnico.