La lectura estimada es un concepto que refleja el consumo estimado por la distribuidora en dicho período de tiempo basándose en el consumo habitual del punto de suministro. Una vez se facilita a la distribuidora el acceso al contador, se realiza una refacturación basada en una lectura real.
En caso de que esta lectura se traduzca en un consumo inferior al esperado, se devuelve la diferencia entre la lectura estimada y la final al cliente. Si, por otra parte, el consumo ha resultado superior, será el cliente quien deberá abonar la diferencia.
La lectura estimada nace como alternativa a partir de aquellas distribuidoras que cuentan con un acceso restringido al contador a fin de poder realizar una lectura real, motivo por el que realiza la estimada.
¿Qué hacer si no estás de acuerdo con la lectura estimada?
Si no estamos de acuerdo con la lectura estimada o ha podido darse un fallo en el cómputo, el cliente debe ponerse en contacto con la comercializadora. La misma procederá a poner una reclamación a la respectiva distribuidora y devolverá una respuesta posterior al cliente. La comercializadora, en este caso, tan solo actúa como intermediaria entre consumidor y distribuidora.
Como consejo, el cliente debe evitar la gestión de cualquier “comercial” que se acerque a la propiedad para “realizar una lectura de contadores”. En este caso, es primordial avisar de antemano a la comercializadora o distribuidora para asegurarnos de que no se trata de una amenaza de fraude.