El inversor fotovoltaico es uno de los componentes que forman parte de una instalación fotovoltaica. Su función es la de transformar la corriente continua en corriente alterna. Ese proceso de conversión es necesario, ya que esa corriente alterna es la que llega a los electrodomésticos y la que hace que puedan funcionar.
El inversor fotovoltaico es el que convierte la energía que llega a través de las placas solares para que pueda ser consumida. Además, se trata de un artefacto que estabiliza las ondas de electricidad aportando a los electrodomésticos una energía de mejor calidad. También hay que destacar que cuentan con un sistema de monitorización de la instalación que envía avisos en caso de que surja algún problema.
¿Cómo funciona un Inversor fotovoltaico?
El funcionamiento del inversor fotovoltaico se basa en la intervención de una serie de dispositivos con los que cuenta. Entre ellos se encuentran las bobinas, los transistores o los condensadores. Todos ellos transforman la corriente lineal en sinusoidal que es la que posteriormente se puede usar en el hogar. La clave de ese proceso es que genera un calor que es disipado por dispositivos como los ventiladores para que así todo ese proceso de transformación sea eficiente.
Tipos de inversores fotovoltaicos
Por otro lado, se pueden encontrar diferentes tipos de inversores fotovoltaicos. Uno de ellos son los de conexión o en cadena que conectan en serie a cada panel solar. Posteriormente, cada energía que se produce se envía a un único inversor. Además, traen incorporados optimizadores que mejoran el rendimiento de las propias placas.
Otra modalidad son los microinversores que son colocados individualmente en cada panel solar. Finalmente, aparecen los inversores de conexión a red String con optimizadores, estos se caracterizan por estar integrados de forma individual junto a las placas solares.