El impuesto de electricidad (también conocido como impuesto sobre la electricidad) es una tasa que asume el coste de la fabricación de electricidad. Este impuesto “especial” queda englobado junto con otros como el aplicado a la gasolina o el tabaco, por ejemplo.
El impuesto de electricidad está regulado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el cual lo establece en todas las viviendas y espacios que hayan contratado un punto concreto de suministro eléctrico. Aunque en su momento de creación, en los años 80, fue concebido como una tarifa para ayudar al sector del carbón, en la actualidad el impuesto de electricidad cumple la función de garantizar el consumo responsable por parte de los clientes, ya que son bienes limitados.
Conceptos del impuesto de electricidad en la factura
El impuesto de electricidad aparece en la factura desglosado a través de los siguientes conceptos:
- Término de potencia: Es el elemento que confirma la cantidad que debe abonar el usuario por la potencia eléctrica que ha contratado.
- Término de consumo: Es aquella energía consumida por un cliente durante un determinado período de facturación.
- Alquiler de equipos: Esta tarifa se cobra a aquellos clientes que no cuentan con un contador eléctrico en propiedad.
- Impuesto sobre la electricidad: Engloba el coste de fabricación de la electricidad, además del término de consumo.
- IVA: Representa el 21% del importe de la factura y se aplica a la suma de los cuatro conceptos mencionados anteriormente.