La energía reactiva es la que se encarga de convertir la energía en electricidad o calor en máquinas o instalaciones. Lo más importante a destacar es que este tipo de energía se trata de un elemento necesario para la transformación energética, pese a que no ayuda a generar calor o electricidad a través de su presencia.
¿Cuál es la función de la energía reactiva?
Pero, si no se puede usar para generar luz o calor, ¿qué utilidad tendría entonces la energía reactiva en un circuito eléctrico? A priori, la respuesta es complicada de entender, teniendo que comprender su provecho como ese componente invisible que determina la seguridad del funcionamiento en un circuito eléctrico.
Y es que la aparición de autoinducciones en las instalaciones de electricidad precisan una mayor cantidad de energía de la que luego se puede transformar, siendo ese sobrante de energía no utilizada la que conocemos como reactiva. Así, se podría decir que la energía llega con un exceso de cantidad a las instalaciones, que sólo convierten o se benefician de una parte de ella, dejando siempre una proporción sin utilidad.