Un cortocircuito es una descarga establecida entre los dos terminales de un circuito eléctrico, provocando un fallo en la resistencia del conjunto y, por ende, un aumento en la intensidad de la corriente que lo alimenta. De esta forma, el cortocircuito hace referencia a un fallo generado ante la falta de un aislante, elemento esencial para medir la resistencia de un circuito.
¿Cómo se produce un cortocircuito?
La naturaleza del cortocircuito se apoya en la ley de Ohm, establecida por Georg Simon Ohm. Según este principio, la diferencia del potencial registrado en los extremos de un conductor es proporcional a la intensidad de la corriente que circula por el mismo. La diferencia entre potencial e intensidad es lo que da pie a la resistencia eléctrica.
Esta misma se anula, produciendo el cortocircuito, cuando los extremos sin protección aislante de dos conductores de diferentes polaridades se unen, lo cual descontrola por completo la potencia de la corriente hasta tal punto, que incluso puede provocar un incendio.
A fin de proteger una instalación de un cortocircuito, se suele interceptar la estructura con los famosos fusibles, cuyo metal se funde al detectar una subida de la corriente eléctrica, provocando que se accione el circuito.