El combustible biológico, también llamado combustible ecológico, es aquel combustible que procede de la naturaleza que, además, se encarga de producirlo de forma constante. Otro aspecto importante es que la propia naturaleza lo genera a una velocidad que hace que se pueda reemplazar con facilidad. El combustible biológico es muy valorado por dos aspectos, uno de ellos es que no contamina y el otro es que genera un ahorro en el consumidor.
Actualmente, hay instituciones están haciendo una apuesta clara por el combustible biológico para así evitar los niveles de contaminación que está generando el uso de combustibles fósiles. Hoy en día se están generando proyectos destinados a lograr que a mediados del siglo XXI algunos países europeos cuenten con fuentes de energía que únicamente procedan de reservorios no renovables.
Variantes de combustibles biológicos
Actualmente, se encuentran tres tipos de combustibles biológicos. El primero de ellos es la electricidad que se obtiene de forma limpia. Además, se puede producir aprovechando el viento o la luz solar. Otro tipo es el hidrógeno que, aunque procede del petróleo, su impacto ambiental es muy inferior al de otros combustibles. La tercera modalidad es el biogás, a través del cual se puede obtener electricidad y que procede de recursos orgánicos.