El ciclo Rankine es un tipo de ciclo termodinámico que se usa en las centrales termoeléctricas. Para que este ciclo se produzca hay que operar con un vapor que se obtiene al calentar agua en una caldera hasta que termina evaporándose. Posteriormente, ese vapor se lleva a una turbina donde se crea la energía cinética, aunque para ello ese vapor termina perdiendo presión.
Posteriormente, ese vapor llega a un condensador que lo hace pasar a estado líquido. Seguidamente, ese líquido llega a una bomba en la que se le sube la presión que se pueda introducir de nuevo en la caldera.
El procedimiento de generación del ciclo Rankine se puede resumir de una forma técnica en cuatro pasos. El primero de ellos es el de compresión isoentrópica en una bomba, para hacer este tipo de compresión hay que establecer una relación entre las energías reales y las energías adecuadas o ideales que se tendrían que dar en esa bomba.
El siguiente paso es añadir calor a una caldera a presión y de una forma constante. A continuación, ese calor se expande en una turbina de una forma isoentrópica y finalmente, tiene lugar un rechazo de ese calor que se ha aplicado de forma constante y a presión dentro del condensador.