Winter is Coming, una frase que dirían en una célebre serie. Y justo ahora, en el peor momento, tanto el precio de luz como del gas están disparados, quizás sea hora de buscar alternativas para ahorrar energía. Son varias las opciones que podemos barajar y no está de más conocer cuáles son sus diferencias.
Los emisores térmicos son un tipo de calefacción que se fija a la pared y funciona por electricidad. Fabricados en aluminio gracias a su elevada facultad de trasmisión del calor. La forma en que se calienta nuestro hogar dependerá de cómo distribuyamos el calor y estos los haces de tres formas principalmente:
- Por radiación, el calor radiante emite calor calentando el material de alrededor.
- Mediante conducción, una resistencia calienta del material que está en contacto.
- Por convección, con el que conseguimos calentar el aire de la habitación. Una resistencia calienta el material y esta se transmite al aire.
Tipos de emisores térmicos
Los emisores térmicos son los materiales que se utilizan para transmitir el calor y podemos encontrarlos de tres tipos. La diferencia entre ellos reside en el tiempo que tardan para alcanzar la máxima temperatura, además del tiempo que son capaces de mantener el calor acumulado o también llamada inercia térmica. Podemos encontrar tres tipos:
- Emisor cerámico: son los que más tardan en alcanzar la temperatura máxima y los que los que mayor inercia térmica generan, ya que mantienen el calor durante mucho más tiempo. Su uso es recomendado para lugares en los que tendremos más de ocho horas de uso continuo. Gracias a su inercia térmica podemos utilizarlos en las horas que más nos favorezca según tarifa.
- El Emisor Fluido, como su nombre indica en su interior contiene algún tipo de líquido, el sistema utilizado es similar a los radiadores de aceite, aunque por norma general utilizan agua. Podemos decir que estos se encuentran entre emisores cerámicos y secos debido a su inercia térmica que puede alcanzar hasta las 4 horas. Su uso está recomendado para estancias de gran tamaño.
- Emisor Seco, con una inercia térmica muy baja ya que la resistencia calienta muy rápido el aluminio del cuerpo y también supone que su enfriamiento es igual de rápido. Por lo que estas recomendados si necesitamos calentar de una forma rápida una estancia, pero no necesitamos mantener el calor durante un largo periodo de tiempo. Son menos eficientes ya que no mantienen el calor por largo tiempo y calientan el aire por convección. Esto también influye en su precio, son los más baratos del mercado.
Independientemente del tipo de emisor que elijamos tenemos la opción de comprar cualquiera de estos con una función adicional. En el mercado podemos encontrar emisores térmicos con conectividad Wifi, con lo que podemos controlar el encendido y apagado a distancia. Una forma eficiente de ahorrar energía. Además, podemos convertir cualquiera de estos en un emisor Wifi con la ayuda de un enchufe inteligente, con el cual podremos llevar a cabo la misma función.
Diferencias entre emisores térmicos y radiadores
Para el usuario común no es fácil diferenciar entre un radiador y un emisor térmico, al tener ambos la misma función, la tendencia es a no diferenciarlos. Ya que con ambos conseguimos calentar nuestro hogar durante los meses de invierno. A continuación, vamos a arrojar algo de luz y poder diferenciarlos, por si llega el momento de adquirir uno de estos aparatos.
Cuando hablamos de radiador eléctrico todos pensamos en el tradicional radiador que podemos mover de una habitación a otra y retirarlo una vez que dejamos de utilizarlo ya sea cerámico, de aceite, agua o térmico, sólo tenemos que enchufarlo a la corriente y esperar a que generen el calor suficiente para calentarnos.
En el caso de los emisores térmicos, no estamos tan familiarizados con este vocablo. Son más conocidos como acumuladores de calor. Estos se caracterizan por ser una instalación fija, conectada a la red eléctrica, estos almacenan la energía en aquellos momentos en el que el precio de esta es más asequible y hace uso de esta más tarde.
Podemos encontrar dos tipos de acumuladores: Estáticos, aquellos que generan el calor, pero no lo esparcen por la estancia. Y dinámicos, que integran un ventilador que reparte el calor por la habitación.
Una gran diferencia entre los radiadores y los acumuladores reside principalmente en el lugar donde se encuentran los radiadores pueden estar fijos en un lugar, pero por norma general los podemos mover de habitación, mientras que los emisores térmicos necesitan estar anclados a la pared y tienen un carácter permanente. Otra de las grandes diferencias es la posibilidad de acumular energían, que sólo los emisores son capaces de hacerlo. Son más silenciosos que los radiadores convencionales y son muy eficaces. Pero tiene en contra su precio, algo más elevado.
¿Cuánto consumen los emisores térmicos?
No todos los emisores térmicos consumen lo mismo, esto dependerá de la potencia de estos, pero por norma general consume 1kWh eléctrico por cada 1kWh térmico que produce. Aunque su consumo puede ser más elevado que el de otros sistemas de calefacción, la gran ventaja de estos es que podemos almacenar la energía cuando su precio es más bajo y transformar el calor con posterioridad. Además, dependiendo de la temperatura, podemos conseguir un ahorro de hasta un 7% bajando un grado. Del mismo modo conseguiremos un ahorro con el uso de programadores.