Uno de los electrodomésticos que más consume en nuestro hogar quizás sea el frigorífico. Además de permanecer todo el día encendido, necesita una gran cantidad de energía para hacer girar los motores que proporcionan el frío. Si quieres saber cuánto consume tu frigorífico, sigue leyendo.
¿Cuántos vatios consume un frigorífico al día?
No todos los frigoríficos realizan el mismo gasto energético, este depende de muchos factores, del tipo de frigorífico, del tamaño y la etiqueta de eficiencia energética que se le haya otorgado. Aunque podemos hacer una aproximación de gasto dependiendo de esta última.
El consumo medio de un frigorífico doméstico se encuentra entre los 350 y 780 vatios, aunque este varía en función de la calificación energética y el tipo de electrodoméstico. Para las neveras de mayor eficiencia el gasto se sitúa entre los 480 y los 780 vatios, un consumo muy similar a los de la media.
En el caso de las de nivel medio, esta ratio sube un poco, situándose entre los 880W y los 1020 W al día. En esta clasificación se encuentran los electrodomésticos con clasificación C y D. En el caso de frigoríficos con clasificación E, F y G, el consumo medio se eleva considerablemente situándose en los 1390 W y los 1770 w diarios.
¿Cuánto consume un frigorífico a la hora?
Podemos hacer una estimación del consumo de nuestros electrodomésticos, ya sea para saber qué supone a lo largo de un mes, una semana, un día o incluso una hora. Al igual que cuando calculamos otros consumos siempre tenemos que tener en cuenta la tecnología, el tamaño y el nivel de eficiencia de la misma. Por lo que debemos diferenciar el consumo de una nevera pequeña y sencilla de una con tecnología más avanzada con mayor tamaño, aunque la eficiencia aquí juega un importante papel.
Aunque la media de consumo de este tipo de electrodomésticos es de 80 W a la hora, un consumo diario de unos 1,92 Kwh. Una ratio que alcanza la media, aunque si estamos frente a modelos más antiguos la cifra puede aumentar considerablemente llegando incluso a alcanzar los 400 W. Un cálculo que podemos hacer dividiendo el consumo diario entre las 24 horas.
Aunque si queremos llevar un control más preciso del gasto hora a hora, podemos conectar el frigorífico a la corriente a través de un enchufe inteligente. Muchos de estos son capaces de medir el consumo en tiempo real y ofrecernos datos exactos y fiables, ya que el gasto no es uniforme a lo largo del día.
¿Cómo puedo calcular el consumo de mi frigorífico?
Para hacer el cálculo del consumo medio de un frigorífico, debemos utilizar la siguiente fórmula: Consumo diario (Wh) = Potencia (W) x horas de funcionamiento al día (h). Podemos consultar los datos como la potencia en la ficha técnica del aparato, o a través de la etiqueta de eficiencia energética.
¿Cómo puede reducir el consumo de energía de su frigorífico?"
A la hora de reducir el consumo energético de la nevera, además de elegir un modelo con alta eficiencia energética, así como refrigeradores con tecnologías avanzadas que nos proporcionan mejores prestaciones y bajos consumos, como la tecnología nofrost. También podemos poner de nuestra parte y llevar acciones como las que te contamos a continuación.
Colocar la nevera en el lugar adecuado es importante a la hora de mejorar el consumo. Debe tener suficiente espacio alrededor para que el calor que genera esta, se disipe con facilidad, mejorando la ventilación de la misma.
Elegir la temperatura ideal que garantice la buena conservación de los alimentos a la vez que ahorramos energía es muy importante. La temperatura media a la que debe tener es de alrededor de 4 grados si se trata del refrigerador y de -18 a -25 si se trata del congelador.
Un llenado de esta también es importante, mantener la nevera suficientemente llena evitando que los alimentos toquen la pared posterior es importante para garantizar un consumo eficiente. Así como llevar a menudo tareas de limpieza y mantenimiento. Descongelando el congelador cada cierto tiempo y eliminando el polvo del exterior.
Y como no, minimizar la apertura de la nevera a lo imprescindible, al hacerlo la temperatura del interior cambia y la nevera reanuda los ciclos de enfriado, los cuales son los que más energía consumen.