Uno de los hábitos que más energía consume es calentar el agua, ya sea para fregar los platos o para nuestra propia higiene personal. Por ello, es de vital importancia intentar reducir lo máximo posible el gasto, para lo que podemos aplicar una serie de medidas con las que reducir su consumo.
Ahorrar en agua caliente: estrategias efectivas y Sostenibles
Las medidas a adoptar van más allá de meter los cacharros al lavavajillas sin enjuagar o cambiar los bañeras por duchas. Algo que en definitiva sirve de poco si el tiempo que pasamos en la ducha va más allá de los 5 minutos.
Tenemos que ser conscientes que 10 minutos en la ducha pueden suponer un gasto de hasta 200 litros de agua caliente. Lo que se traduce en una pérdida considerable de eficiencia en la ducha. Uno de los objetivos en sí, aparte de reducir el tiempo es reducir el gasto.
Algo que podemos conseguir haciendo algunos ajustes, en tres parámetros importantes, como son la duración y temperatura, el tipo de instalación y el sistema que usamos para calentar el agua.
Del tiempo que debemos pasar en la ducha ya hemos hablado, más de cinco minutos con el grifo abierto supone un gasto innecesario. Para controlar el tiempo podemos establecer un temporizador que nos avise de que es momento de ir saliendo. Aunque si este nos parece demasiado frío. También podemos optar por elegir una canción que nos guste cuya duración se acerque a los cinco minutos de manera que sepamos que cuando llegue a su fin es momento de salir.
La temperatura es algo que también debemos controlar, de nada sirve calentar en exceso el agua y luego tenemos que ajustar la temperatura con agua fría, es claramente una pérdida de eficiencia, por ello debemos conseguir que la temperatura del agua no supere los 30 grados, además de ser más beneficioso para nuestra salud, ya que evitaremos reacciones en la piel como erupciones o picor. Aunque nunca debe estar por debajo de los 24 grados.
Del mismo modo debemos aplicar una serie de restricciones cuando se trata de fregar los platos o lavarnos las manos. Lo más importante es reducir el tiempo durante el cual el grifo está abierto. En el caso de lavarnos las manos es importante solo abrir el grifo cuando vayamos a hacer uso del agua. De otro modo, estaremos perdiendo recursos.
A la hora de fregar los platos, llenar la pila o un barreño con el agua caliente necesaria para remojar los cacharros y mientras los enjabonamos. Para más tarde enjuagarlos con el mínimo de agua posible. Aunque podemos optar por otras soluciones a la hora de limitar el uso de este bien tan preciado.
Técnicas para Reducir el Consumo en el Hogar
Además de cambiar nuestros hábitos hay otras formas de ahorrar en agua y energía a la hora de usar el agua caliente. Podemos aplicar otras medidas para mejorar la eficiencia de consumo, simplemente aplicando estos consejos:
Además de lo mencionado es importante revisar la instalación en busca de fugas o grifos que goteen. Son pérdidas casi imperceptibles, pero a lo largo del año puede supone un gran gasto. Por lo que llevar a cabo labores de mantenimiento y reparar rápidamente las posibles averías pueden ahorrarnos hasta 100 litros de agua al año.
Otra forma de ahorrar es instalando reductores de caudal y cabezales de bajo consumo. Ya sea en los grifos o en la propia ducha, estos ayudan a reducir la cantidad de litros que sale por los grifos sin perder eficiencia. El uso de estos afecta directamente al ahorro de energía como de agua. Además, instalar grifos monomandos también favorecen la tarea de regular la temperatura y a ahorrar agua.
Usar programas de agua fría en la lavadora también contribuye al ahorro. En realidad, no siempre es necesario lavar las prendas a altas temperaturas ni conectar el aparato al grifo del agua caliente. No toda la ropa que lavamos está realmente ni tiene manchas, por lo que usar programas cortos en frío ayudará a economizar el uso de agua.
Mantener una temperatura de caudal adecuada es más importante de lo que pensamos. Gracias a los programadores que incluyen los equipos de agua caliente podemos ajustar la temperatura grado a grado. Ajustando la temperatura para que salga demasiado caliente evitaremos el mal hábito de mezclar agua caliente y fría, que en realidad es la forma menos eficiente de hacer uso del agua caliente.
Aunque estas recomendaciones pueden ayudarnos a reducir tanto el consumo de agua como el gasto de energía, uno de los aspectos más importantes y a tener en cuenta es hacer uso de sistemas eficientes. Tenes un sistema de producción acorde a nuestras necesidades y que además sea eficiente es la mejor apuesta si lo que queremos, es tener un consumo eficiente en nuestra vivienda