Las pilas son un objeto que es bastante común en todas las casas porque son muchos los pequeños electrodomésticos, y grandes, que necesitan de su energía para funcionar. Ahora bien, aunque todos sabemos que su capacidad es finita, existe una opción en el mercado que ofrece innumerables ventajas y que compensan el precio, un poquito superior, que el de los modelos normales. Nos estamos refiriendo a las pilas recargables: ¿sabéis cuáles son los beneficios de usar estas pequeñas baterías?
Qué son las pilas recargables
Las pilas recargables son, básicamente, un acumulador de energía que es capaz de transformar un compuesto químico en electricidad dentro de las muchas celdas de las que se componen (son versiones a escala de, por ejemplo, las baterías de los coches o los smartphones). Ese compuesto puede ser de Litio-Ión, Níquel-MetalHidruro o Níquel-Cadmio y dependiendo del uso que vayamos a darle, así necesitaremos una u otra.
Hay que decir que las más populares son las del primer tipo, Li-ión, que ofrecen una gran capacidad energética y alta resistencia a la descarga. Por si fuera poco, no sufren el efecto memoria pero con el paso del tiempo se van degradando, especialmente cuando las utilizamos en entornos de altas temperaturas.
Esas celdas de las que se componen son el lugar donde se produce esa reacción química que forma el "elemento estable" que es la electricidad. Eso sí, a diferencia de los modelos normales de pilas, las recargables tienen una serie de ciclos de carga de vida útil que nos permiten reutilizarlas constantemente, gracias al uso de un cargador especial encargado de devolver toda su capacidad energética.
Como seguramente sabréis, estas pilas recargables cuentan con modelos de diferentes tamaños, formas y voltajes, dependiendo del objeto que queramos alimentar. En el caso de las AAA normalmente se utilizan para mandos a distancias y pequeños electrodomésticos, mientras que las AA son perfectas para teléfonos inalámbricos en casa, sistemas de iluminación exterior, ratones para ordenadores, etc. También existen las C (LR14), D (LR20) o PP3 (rectangulares) que son más grandes y normalmente están destinadas a dispositivos que necesitan de una mayor autonomía y potencia durante periodos mayores de tiempo, como por ejemplo linternas y herramientas profesionales.
Ventajas de usar pilas recargables
Ya sabemos que usar pilas recargables nos permite reutilizar una y otra vez las mismas baterías sin necesidad de tener que comprar paquetes enteros cada pocas semanas pero, además de ese hecho evidente, ¿realmente existen beneficios a la hora de decantarnos por estos modelos que se cargan una y otra vez? La respuesta es sí, y son estos:
- Tienen una vida útil mucho más larga, eficiente y práctica: esa capacidad para alargarse en el tiempo mejoran el uso de los dispositivos en los que se instalan, lo que les permite funcionar mucho mejor.
- Producen un evidente ahorro económico porque con una sola compra de cuatro pilas recargables, conseguimos (a pesar de su coste sensiblemente superior) evitar le gasto de tener que renovarlas cada pocas semanas.
- Generan muchos menos residuos y, por lo tanto, impactan menos en el medio ambiente: al no consumir pilas cada pocas semanas, no se producen nuevos residuos ya que el momento de cambiar esas pilas recargables puede extenderse durante meses e incluso años.
- Prácticamente vinculado al beneficio anterior, tenemos que reduciremos a la mínima expresión los paseos hasta los contenedores de reciclaje, lo que tampoco está nada mal.
- No hay que comprar pilas cada poco tiempo: una consecuencia directa de la posibilidad de recargar es que nos olvidaremos de tener que ir a la tienda y adquirir paquetes de dos, cuatro, ocho, 16 o más pilas AA, AAA, C, D o PP3. Con una vez ya tendremos para un buen tiempo.
Usos y aplicaciones de las pilas recargables
Esos usos, como os decimos, son prácticamente infinitos. No en vano, estas pequeñas baterías se vienen utilizando desde hace décadas y han cubierto la ausencia de métodos más avanzados para alimentar todo tipo de aparatos que en aquellos tiempos no estaban tan popularizados: desde electrodomésticos a juguetes (¿quién no ha pedido a los RR.MM. que con los regalos vengan las pilas?), sin olvidarnos de periféricos o accesorios de informática, mandos a distancia, linternas y pequeños artilugios que debido a su precio intentan ahorrar costes evitando instalar elementos como baterías (como las de los móviles).
Hay que recordar que en los últimos años estas baterías han venido sustituyendo progresivamente a las pilas, recargables o no, aunque a día de hoy son todavía muchos los espacios donde podemos utilizarlas con resultados extraordinariamente buenos y económicos. Suponen un ahorro evidente a pesar del precio algo mayor respecto de los modelos de un solo uso.