En los meses fríos de invierno la caldera es de vital importancia, por lo que mantenerla con un correcto orden de mantenimiento puede evitar las fatales averías y por tanto gastos inesperados. Aunque a veces estas son inevitables, a continuación, te contamos cuáles son las averías más frecuentes en las calderas.
La mayoría de las veces está suceden sin previo aviso y en el peor momento posible. Por lo que es importante identificar las señales que nos alertan de un mal funcionamiento o de que puede que vaya a fallar la caldera. Son muchos los parámetros a analizar, ya que las averías pueden tener varios orígenes, aunque el resultado sea el mismo, el mal funcionamiento o que simplemente deje de funcionar.
Averías Comunes en Calderas de Gas
Antes de entrar a analizar las averías más frecuentes en las calderas de gas, debemos detenernos a analizar cuál es la naturaleza de las mismas, si es la propia caldera o alguno de los elementos como en gas o el agua, los que están provocando el fallo. Aunque siempre debemos diferenciar entre los posibles errores que se pueden producir y las averías ciertas del sistema de calefacción.
La falta de gas, agua o de presión en el sistema puede provocar errores que hagan que la caldera se detenga o deje de funcionar. Aunque estos que requieren de nuestra intervención no suponen una avería en sí, pero si pueden ser a la larga el origen de estas.
Las averías más frecuentes suelen estar relacionadas principalmente con la temperatura del agua o de los radiadores, la pérdida de presión, las desconexiones de la caldera, fugas de agua o problemas con el termostato. Antes de lanzarnos a la aventura lo primero es identificar cuál puede ser el origen del problema y llamar a un técnico para que repare cual problema existente. Cabe recordar que manipular este tipo de dispositivos sin conocimientos previos, puede provocar una mala combustión e incluso exposiciones a altas condensaciones de gas.
Cómo identificar las averías más frecuentes de calderas
Uno de los problemas con los que nos encontramos más a menudo es la falta de temperatura en el agua caliente. Este problema puede deberse a varios factores, la falta de gas en el sistema o una obstrucción en las cañerías. En la mayoria de los casos la causante es la electroválvula, que es la encargada de regular el flujo de gas a la cámara de combustión.
La pérdida de agua, al igual que en caso anterior esta avería puede tener diferentes causas y su gravedad dependerá de los elementos que se vean implicados. Por norma general son los elementos móviles como válvulas o llaves de llenado y vaciado las que más manipulamos, por que son más susceptibles de averiarse. Debemos comprobar que las llaves de llenado y vaciado funcionan correctamente cerrando llave general del agua y evitando que entre agua a la caldera, momento de comprobar si funcionan correctamente. Si estas no cumplen con su función es el momento de sustituirlas
En el caso de que estas funcionen a la perfección y sigamos perdiendo agua debemos comprobar que la avería no se encuentra en el vaso de expansión o el intercambiador de placas, unas averías costosas de reparar ya que para su sustitución hay que desmontar gran parte de la caldera, lo que supone muchas horas de trabajo.
Algo que puede resultar también común es el encendido y apagado de la caldera o que parpadeen o se apaguen sus pilotos. Estas averías, están relacionadas con la entrada de gas, aunque muchas se tratan de un error puntual y no existe avería. Debemos comprobar la llave del gas y verificar el enchufe. En el caso de reiniciar el suministro de gas y no haber solventado el problema debemos acudir a un profesional.
La caldera puede quedar bloqueada automáticamente si la presión no es la adecuada, ya sea por que no exista presión o ésta sea demasiado elevada. Para lo que debemos revisar el manómetro. Si no tiene suficiente agua en el circuito puede deberse a una fuga, el problema es mucho más grave si aumenta la presión, momento es el que debemos desconectar la caldera y llamar urgentemente al servicio de reparación.
Si escuchamos ruidos y golpes en el interior de la caldera, debemos estar atentos ya que, aunque en la mayoría de veces estos se producen por la dilatación de las piezas, también pueden ser el preludio de una avería. Si estos son continuados lo más probable es que se trata de la bomba de circulación, su desgaste puede ser el origen de estos. Estos ruidos pueden indicar al técnico cuál es el problema exacto con el que se van a encontrar.
Para evitar estas situaciones, lo más recomendable es realizar labores de mantenimiento y limpieza con frecuencia así como sustituir las piezas desgastadas antes de que provoquen una avería mayor que será mucho más cara y complicada de reparar.
