El verano está a la vuelta de la esquina, una estación que se espera que sea seca y con una temperatura elevada como vienen siendo los últimos años, incluso más en este 2023, como vaticina la propia AEMET. La instalación de aparatos de climatización y aire acondicionado ha ido en aumento y cada vez son más lo hogares que optan por hacer uso de estos para combatir el calor, ahorrar energía, por lo que lo ideal es saber cuál es la elección correcta.
El alto coste de la luz hace que muchos nos cuestionemos cuál es la forma más eficiente de hacer uso de estos sin gastarnos una fortuna. Uno de los factores que influyen directamente en el gasto es la temperatura a la que los programamos.
A continuación te contamos cual es la temperatura ideal para ahorrar mientras que nos mantenemos frescos. Un debate abierto desde hace tiempo en el que incluso han llegado a tomar parte las autoridades, legislando para conseguir un mayor ahorro energético.
¿Por qué es importante la temperatura del aire acondicionado?
El aire acondicionado se ha convertido en algo indispensable en la mayoría de los comercios y en muchos hogares. Algo que ya está al alcance de la mayoría de los bolsillos con que no pasar ni gota de calor. Pero además de la inversión en los equipos, su uso supone un gasto añadido, ya que se eleva el importe de la factura de la luz.
Aunque estos son cada vez más eficientes, hacer un uso continuado durante más de 4 horas al día puede suponer un gasto mensual de hasta un 25 % mayor, que puede llegar a aumentar por un mal uso hasta en un 8% más. Por lo que hacer un buen uso de este es primordial para mantener a raya el gasto.
El consumo aumenta no sólo por el número de horas, la temperatura también influye directamente. A menor temperatura mayor consumo. Por lo que si nuestro objetivo es contener el gasto energético lo mejor es mantenernos en el rango de temperaturas adecuado. Debemos tener en cuenta que cada grado extra de temperatura que bajamos se produce un incremento de un gasto de un 7% con respecto al anterior.
La potencia de los equipos influye directamente sobre el consumo y el importe de la factura. La potencia de enfriamiento se expresa en frigorías y cuantas más disponga nuestro aire acondicionado mayor será el consumo. Este último se expresa en kilovatios. Para que nos hagamos una idea del consumo en KWh para 24 grados, este es de 1,000 Kwh para un equipo de 2.200 frigorías. Para 3.500 frigorías será de unos 1,613 kwh. Y para un aparato con 4.500 frigorías el gasto aumenta hasta los 2,135 kwh. Consumos que aumentarán a medida que bajemos los grados.
¿Consume más si se ajusta la temperatura?
Mantener el aire acondicionado por debajo de los 26 grados implica un aumento de consumo lo que se traduce en un aumento del gasto. Usar de forma eficiente nuestros equipos, haciendo uso del modo automático o ajustando la temperatura a un programa eco, se reduce el impacto sobre la factura. Dependiendo de la marca y modelo de nuestro aire acondicionado, podemos ahorrar hasta un 30%. De ahí la importancia de regular correctamente la temperatura.
Como ya hemos mencionado, mantenerlo por debajo de las temperaturas recomendadas hará que no seamos tan eficientes y estemos gastando energía de más.
Temperatura ideal del aire acondicionado para ahorrar energía
Cuando hablamos de temperatura ideal entran en juego muchos factores, porque dependiendo de las personas puede variar. La temperatura del aire acondicionado suele ser foco de conflicto tanto en los hogares como en las oficinas. Para que esto no suceda, se ha marcado un abanico de temperaturas recomendadas con las que además de ahorrar, no poner en peligro nuestra salud.
Por lo que el aire acondicionado debe ajustarse entre los 24 y 26 grados, dentro de estos márgenes conseguimos mantener fresco el ambiente al mismo tiempo que ahorramos energía. Además de evitar problemas respiratorios, deshidratación, dolor de cabeza y migrañas, sequedad de ojos e incluso contracturas musculares y problemas en la piel.
Aunque en el caso de los comercios, la cosa cambia. Tanto es así que el año pasado, a través de un decreto Ley el gobierno, con el fin de cumplir con el plan europeo de ahorro energético, se fijó un límite de 27 grados. La temperatura mínima a la que debía estar el aire acondicionado en los comercios abiertos al público, tales como restaurantes o tiendas. Algo que no gustó mucho ya que la sensación térmica puede ser sofocante.